Bueno pues al final hemos podido escribir el blog!! (mil gracias Dani).
Resulta que desde aquí está censurado blogger, así que hemos tenido que recurrir a Daniel vía teléfono y redirigiros a este otro.
12/03/2011
A las 4:00 de la mañanita nos ha tocado el despertador y nos hemos ido para Barajas. A eso de las 7:15 ha salido nuestro “air france” hacia los Parises cosa que después de poco menos de una hora aterrizamos en la terminal 2E. Tuvimos que ir corriendo hacia la terminal 2F (desde la que salia nuestro “china southern”) pasando por un control de aduanas y otro de seguridad. Aunque teniamos dos horas entre un vuelo y otro resulta que nos sobró 15 minutos y es que en Francia las aduanas son muy lentas.
Tachan!!, después de 11 horas y 25 minutos aterrizamos en Guanzhou (cerquita de Hong Kong) a eso de las 5:20 de la mañana hora local china. Esta ciudad son unos 4 millones y medio de habitantes así que sin salir del aerpoerto compramos billetes para Guilin y a eso de las 8:20 salimos hacia allá. Antes de subirnos al avión hicimos las correspondientes llamadas a las mamas y nos enteramos del terremoto de japón y del mini-terremoto de Yunan (tranquilos que no vamos a ir hacia allá).
Aterrizamos en Guilin y nos fuimos en taxi (previo regateo) a la estación de autobuses (5 euros ó 50 rmb) y allí compramos los billetes para Yangshuo, nuestro primer y lejano destino. A eso de las 11:40 salió nuestro cutre-bus de línea número 3 (eso si, con asientos numerados) y en una horita y cuarto llegamos a este pueblecito de 400.000 habitantes.
Yangshuo tiene parte antigua y nueva. La parte antigua se ha hecho totalmente comercial. Su paisaje es de película, picos que salen del suelo practicamente verticales y vuelven a la tierra (los habreis visto en un montón de películas).
Pues eso, buscamos un hotel (“River view hotel”) pegadito al rio y ale, a contratar la primera excursión. A eso de las 19:00 hemos quedado con una señor que nos va a poner en contacto con su hermano (o eso a dicho y luego será el vecino del cuarto) para llevarnos a ver en un junco (barco con motor de cortacésped como en otras partes de Asia) a ver como se pesca con cormorán. Y para el día de hoy ya está bastante bien, así que besitos a todos y cuando tengamos tiempo pondremos fotos.
Ta mañana!!
13/03/2011
Buenaaaas!!, ayer vimos la pesca con el cormorán y la verdad es que está bien chula, resulta que el señor pescador va en su junco con 4 o 5 cormoranes. Estos se tiran al agua y se ponen a tragarse los peces que pillan pero no se los comen porque tienen un cordelito atado al cuello que no les deja que pase. El señor pescador en cuestión cuando ve que tienen algún pez les pilla y al agarrarles del pescuezo sueltan el pescado y así todo el rato. Lo gracioso viene que el tío llama a sus cormoranes y estos van a él (como Alcha y toth pero con plumas). Después cenita y a dormir.
El pequeño problema viene ahora. Después del mega-palizón de ayer, hoy nos hemos levantado a las 12:30 y porque la china que limpia nos ha aporreado la puerta como wilma cuando llama a Pedro picapiedra y nos ha endiñado un juego de toallas limpio.
Depués de esto, desayuno-comida y salida en coche de línea a Xinping (no llega a 70 centimos) parando en todos los pueblos de la ruta de la China profunda, portando sus lechuguitas en el bus y chinita que se marea y expulsa sus consecuencias como siempre nos ocurre cuando nos subimos a un bus en esta parte del mundo.
El pueblo en cuestión está chulo, es antiguo también y tiene en alguno de sus “restaurantes” comida fresca local, es decir, tiene en jaulas faisanes, patos, coballas, gallinas y luego fuera de la jaula ratas corriendo por las tuberías para animar el cotarro, vamos como si fuesen go-gos.
Allí mi chica se ha puesto a negociar y a negociar y a negociar … y 20 minutos después seguia negociando… nuestra vuelta al pueblo donde estamos alojados. El trayecto ha sido en barca de bambu con motor de cortacésped por el río Li. La verdad es que bastante agradable ya que vas viendo los picos desde el río, salvo cuando se ha ido el sol, que como no somos cormoranes nos hemos quedado pajaritos con la brisa rivereña.
Por hoy es todo, llegada al pueblo y cena a base de pato (con pico incluido), arroz y cerdo con verduras.
Mañana más, un besito para todos!!!!
14/03/2011
Ni hao!!!
Hoy nos hemos levantado prontito, como a las 7,30 hora local. De camino a la estación nos hemos comprado un móvil chino para hacer las llamadas “mamiliares” de rigor sin que nos arruinen y hemos vuelto a pillar un bus, esta vez a Yandin. El viaje se nos ha hecho corto, debe ser que no era tan animado como el de ayer…
Visita al minimercado del pueblo y viajecito en barca de bambú hasta Xinping. Las vistas mucho más bonitas que las de ayer, pero con niebla, lo que impide disfrutar del todo del paisaje. La zona es muy turística, afortunadamente es temporada baja y hay muy poco “turisteo”, aún así, es totalmente recomendable venir. De Xinping, bus a nuestra ciudad.El bus no es que fuera petado, nooooooo, es que la chinita iba gritando por la ventana Yangshuo, Yangshuo!!!! se bajaba del bus trincaba al que pillaba y para dentro. Cuando los asientos se han llenado, ha sacado unos taburretes de plástico de debajo de éstos y tras colocarlos meticulosamente en los pasillos y demás espacios de 30 centímetros cuadrados, ha seguido llenándolo y llenándolo…
Además, empezamos a mimetizarnos con la cultura asiática, ya escupimos un poquito y somos capaces de quedarnos dormidos en cualquier sitio ¿verdad cariño?
Por lo demás, contaros que para dar envidia a algunos, las cervecitas de 600ml son 6yuanes y ya han caido unas cuantas.
Hemos decidido que para introduciros en la cultura china vamos a inagurar la sección de Curiosidades.
Curiosidades de China: lo que se lleva ahora son las “Pagodatecas”, vamos, lo que viene a ser una mezcla de Pagoda y discoteca. Explicamos un poco en que consiste: una pagoda en lo alto de una colina con luces de neon de diferentes colorines…
Curiosidades de China2: si no funciona el aire caliente en la habitación y pides una estufa, te traen la jaula del pájaro con una resistencia dentro (creemos que es la técnica del pato laqueado), que acojona tanto salir ardiendo que ni la enciendes…
Bueno, pues… eso es todo amigos!!!!
15, 16 y 17-03-2011
Hola!!!!
Ya hemos empezado el Pekín Express del 2011. Hemos pasado un par de días un poco complicados porque nos hemos ido de excursión a un sitio difícil en cuanto a comunicaciones y porque el tiempo no acompaña, han bajado un montón las temperaturas, llueve y hace frío y como vas mojado, el frío es todavía más insoportable… Hemos estado a punto de abandonar China y marcharnos a sol y playa, porque así no hay manera… no sabemos que haremos si el tiempo sigue así de mal… y los pronósticos no son nada favorables, así que igual en un par de días os sorprendemos.
Al grano, dejamos Yangshuo a las 7 de la mañana del día 15 para ir en bus a Nanning, se suponía que iba a ser un trayecto de unas 5 horas y terminaron siendo 7, fué soportable, porque fuimos durmiendo y porque un chinito nos alegró el viaje. A ver como lo cuento… es que lo recuerdo y aún me parto de la risa…
El caso es que en China los autobuses llevan una señorita que hace las veces de azafata, te recoge tu billete, te da una botellita de agua y si el viaje es larguete, además un bollo suizo y cuenta al personal para que no le falte nadie.
Bueno, pues así como a mitad del viaje, el Sr. Conductor hace una parada de escasos 5 minutos, parada que aprovechan todos los camaradas chinos para bajar en tropel, hacer sus cosillas y comprarse una salchicha pinchada en un palito, una mazorca de maiz, una especie de albóndigas, etc,.
Transcurridos los cinco minutos, la señorita azafata cuenta al personal y empieza a gritar en chino, grita desde la puerta del autobús, y grita y grita. A estas alturas y aunque no entendemos ni palote, ya nos habíamos dado cuenta de que alguien le faltaba. Como la persona no llega se baja hecha un toro de miura a buscarla y vuelve chillando aún más y con una señora con gafas y cara de alucine, a la que al subirse también la chilla el conductor… En ese momento pensamos: “pobrecita, menuda charla le están pegando…”. El autobús arranca y proseguimos el camino, aunque el sr.conductor va un poco más rápido que antes, vamos que no llegaba a perder la carrocería pero …, más bien va enciscado por la autopista, aunque pensabamos que sería para recuperar el tiempo perdido.
Pasado un rato, adelantamos a otro autobús, le pita cincuenta veces, y poco más o menos que casi le cierra el paso.Paramos en el arcén, y se baja la Srta. Azafata gritando con la Señora de las gafas y vuelve con un chinito con cara de “panoli”, anaranjado por la vergüenza y sin saber donde meterse. A estas alturas, como nosotros, os habréis dado cuenta que el chinito, que venía en nuestro autobús, se había equivocado y en la parada se subió a otro autobús, el cuál arrancó dejando en tierra a la pobre señora de las gafas con su melón en la mano…, de traca!!!! Llorábamos de la risa
Una vez llegamos a Nanning, cogimos otro autobús a Daxin, unas tres horas más de viaje. Al llegar enganchamos una furgo-taxi a “Detian Tum” o cataratas Detian, para pasar la noche en el único hotel situado en las propias Cataratas.
El sr. Taxista o no nos entendió o le pareció que era mejor dejarnos en Shuolong, que es el pueblo a 8 kilómetros de las cataratas, por lo que, entre que el sr. Taxista no nos entendía, tenía vista cansada y no podía leer lo que le enseñábamos en chino y que por mucho que intentábamos hablar chino (básico) tampoco le servía, nos hizo pasar un rato realmente malo, pero al final conseguimos a través de una familia con una tienda de souvenirs que nos llevara a las mismas cataratas y allí nos encontramos con un chico que hablaba algo de inglés que se montó con nosotros y nos llevó hasta el mismo hotel. Eran como las 11 de la noche cuando conseguimos tumbarnos en una cama, cenamos un poco del salchichón ibérico de las emergencias que nos supo a gloria!!!!!
El día 16 nos levantamos a las 7 de la mañana, y nos encaminamos a ver las cataratas. La noche anterior, el chico que nos acompañó al hotel nos había explicado que por alojarnos en el hotel de las cataratas, la entrada tenía un precio reducido. Fuimos a la taquilla y no había nadie, un militar vigilando la entrada y poco más, así que, como donde fueres haz lo que vieres, pasamos tranquilamente sin pagar detrás de una pareja.
Las cataratas Detian son las cataratas internacionales más grandes de Asia, tienen 70 metros de altura y 200 metros de anchura y se encuentra dividida en tres pisos. Separan China de Vietnam. Sí señores, hemos vuelto a pisar Vietnam y eso que dijimos que no volveríamos… (Antonio, Mari Tere, lo hemos vuelto a hacer!!!!)
El entorno de las cataratas es muy bonito, la pena como dijimos al principio era que el tiempo no nos acompañaba… no paraba de llover y hacía bastante frío. Dimos un paseo, se nota perfectamente la diferencia entre China y Vietnam, donde acaba el camino y empieza el barrizal, donde acaban los puestos maqueados y ordenados y empiezan los puestos cochambrosos, bulliciosos y desordenados, todo un punto. Nos hicimos las fotos de rigor en la frontera y el paralelo 53 (que resulta que también está allí) y volvimos a por nuestras mochilas para empezar una nueva jornada maratoniana para salir de allí. Cuando salimos por la puerta del recinto, estaban ya montadas las mesas con los tickets para cobrar a la gente que entraba (y que recordamos que no estaban cuando entramos). Como por razones obvias nuestras caras son de lo más peculiares por la zona (éramos los únicos occidentales en 200 km a la redonda), teníais que ver la cara de Mi, de Shi y Fu “oye Shi, tu has cobrado la entrada a los occidentales??”, silencio sepulcral mientras salíamos mirando a la parte contraria y casi silbando. Creemos que Fu aún se lo está pensando, pero lo claro es que nos colamos “sin querer”.
Cogimos una fufu-taxi al pueblo de Shuolong, de camino el sr. Conductor decide que para ganarse unos yuanes más nos mete un par de bombonitas de gas butano, (que no hacían más que golpearse en el maletero) al dueño de las bombonitas, a un lugareño, a una paisana y al bebé de ésta, y, a todo esto, la carretera llena de curvas… y nosotros rezando un par de rosarios por que eso olía a gas … (o era el paisano o las bombonas de butano). La cuestión es que al llegar al pueblo casi besamos el barro (porque suelo lo que se dice suelo…).
En Shuolong era día de mercado, muy chulo con sus gorrinitos subidos en las pick-up, sus patos, verduritas, carne al aire libre, pescados vivos (porque aquí si el pescado no está vivo no es bueno, otra cosa es como te lo quieras llevar y que te pilles el anisakis ese). Preguntamos a una señora por el autobús a Jingxi, la cual extremadamente amable nos dijo que nos esperásemos allí que ella nos avisaba de cual era (todo en un perfecto lenguaje de signos, vamos como un master). A la que llega el autobús todo el mundo se baja a hacer pipi y nosotros nos subimos donde creímos conveniente (dos asientos que estaban ocupados, pero ahora con sus dueños haciendo pipi). Cuando suben todos no quisimos ni mirar, así que arranca el autobús y … COOOCOOORIIIIKOOOOO, la leche!!!!, se habían subido las gallinas que habían comprado!!!!.
Llegamos a Jingxi y cogemos otro autobús a Baise (os podéis ir haciendo una idea de la fauna de la zona). Las vistas de este viaje son espectaculares, siempre vas entre picos de montañas y arrozales, pero como ya nos ocurrió antes, con un frío terrible ya que el conductor que debía de ser esquimal (porque eso no lo hacen ni los del mismo Bilbao!!) llevó todo el caminito la ventana abierta.
Una vez en Baise fuimos desesperadamente en busca de un cajero porque andábamos con 5 euros en el bolsillo (al cambio). Sacamos dinerito y nos fuimos a comer algo, ya que no habíamos comido nada en todo el día y cenado el cacho de salchichón. Como habíamos viajado poco en el día (ya llevábamos 7 horas y 3 autobuses) nos fuimos a la estación de tren a comprar billetes para Kunming en tren nocturno con literas.
El tren nocturno está bastante bien en contra de lo que nos pensábamos (tras nuestro anterior viaje en China). Dormimos “casi” a pierna suelta, y digo “casi” porque si llego a estirar las piernas le endiño a quien pase por el pasillo. El ambiente es muy gracioso: por la mañana pasan varios chinitos por los pasillos gritando como si estuviesen en el monte “fideols, fideols” o eso creemos porque van con un perolo lleno de fideos y salsas para quién quiera desayunar.
Una vez en Kunming, hemos reservado hotel, comido y visitado el templo dorado. Éste data del 1600 y está en lo alto de una colina, así que para ahorrarnos la subida solo se nos ocurre subirnos en una montaña rusa con vagones de plástico pero plástico del tamaño de un trineo de niños que tienen aquí montada para subir y bajar del monte, solo que estaba diluviando (a nosotros siempre nos dijeron en el parque de atracciones que si llovía se cerraban las atracciones por ser muy peligrosas, pero debe de ser que aquí el agua moja todo menos las montañas rusas…).
Una vez visto esto y bajado en trineo-rusa nos hemos ido a la parte más céntrica de la ciudad donde se junta lo antiguo y lo moderno en cuanto a edificios se refiere. Para llegar allí nos hemos ido en el autobús número 10, el cual sabíamos donde se cogía pero no donde paraba, pero bueno al final lo encontramos todo bien.
Bueno, nos vamos a dormir que mañana queremos ir a ver el bosque de piedra. Os seguiremos contando. Besitos y abrazos para todos.
18-03-2011
Buenas!
Estábamos pensando que siempre que salimos de viaje ocurre algo cerca de donde vamos… terremotos varios, revueltas de camisas rojas, revueltas en indonesia, cierran el Tibet por revueltas, maremotos, más terremotos y amenaza de nubes nucleares… nos lo llevamos todo…
Esta vez, y por el acojone que nos habéis metido con la nubecita nuclear, que si va para China, para EEUU, que si está en Rusia, vamos, que se mueve más que la pulga benito… hemos cambiado todo, y digo todo, es todo lo que teníamos previsto visitar. Estamos en la parte más alejada de la costa y nos quedaremos por esta zona (por ahora…).
Hoy íbamos embuchados en toda la ropa que traemos, una camiseta de lana, camiseta de manga larga, forro polar, jersey, otro forro polar y abrigo y nos ha hecho un sol de infarto que casi nos da una lipotimia del calor que llevábamos, esto es de locura!!!, pero se prefiere al frío que hemos pasado estos días, así se alegra una viaje!!!!
Antes de que se nos olvide, ayer nos faltó comentar la curiosidad de China número 3: si un tío entra en la estación de Atocha con un casco de moto tipo Calimero con pantalla y de un chillón amarillo pollito, pasando los controles de seguridad (que aunque sean de coña los hay) con el puesto y sentándose tranquilamente a esperar el tren, toda la estación se descojonaría fijo, pues aquí tan pichi, ni Dios se inmuta.
Y curiosidad de China 4: niñas, lo más chic son los zapatos de tacón de aguja con unos calcetines de lana blancos como dos escayolas, si es que no sabéis vestir!!!!
Ahora ya vamos al día de hoy. Nos hemos levantado a las 7 de la mañana, desayuno “pseudooriental”, por cierto, tienen una especie de porras que saben a porra pero sin escurrir, vamos con seis o siete litros de aceite y nos hemos cogido un taxi a una de las estaciones de autobuses. Allí, hemos preguntado para comprar un billete a Shilin. Varias personas nos han señalado el autobús un número 60, así que nos hemos montado en él. Un viaje de unos 45 minutos como sardinas en lata y el señor conductor (al que habíamos pedido que nos avise) nos indica que nos bajemos y nos señala la dirección. Al bajarnos observamos que se trata de la Estación de autobuses Este y que desde allí sale el autobús a Shilin, que está a unos 120 Km de Kunmuing.
Hemos comprado nuestro billetito y cuando nos dirigimos al andén, allí estaba ÉL, sí, no ha muerto, sigue vivito y coleando, y sólo le faltaba cantar “Thriller”, clavaíto, clavaíto. Os podéis imaginar lo que nos hemos descojonado con el Michael Yalsón, que ya no sólo es blanco sino amarillo y con los ojillos un poco achinados y tiene churri, la muñeca pepona de las ferias que no hacía más que comer los bollos suizos tan típicos de estos lares. Y para que nos creáis hemos tomado buenas muestras gráficas porque nos han ido acompañando hasta el Bosque de Piedra.
Tras comprar nuestra entrada con tarifa rebajada por presentar el carné de estudiante (sí, sí, tenemos carné de estudiante, que para eso vamos a clases de chino), hemos estado tres horitas por el bosque de piedra, que estaba plagado de turistas chinos, nos hemos salido un poco de la ruta convencional y hemos podido disfrutar algo en solitario y luego hemos vuelto para Kunming.
Desde la Estación hemos pillado un taxi hasta el Templo de Bambú, y hemos llegado con la hora justita, así que como estaban cerrando, la taquillera ya no estaba y nos hemos vuelto a colar “involuntariamente”, hemos visto el templo y el monje nos ha permitido pasar al salón dónde están las esculturas (según la guía lonely, no está permitido el paso a dicha sala y se observan desde fuera) y ha esperado a que las viéramos. Cuando hemos terminado, teníamos un problemilla…. El Templo está en una colina, a unos 15 kilómetros de la ciudad en una especie de bosque de eucalipto, al borde de una carretera… ¿y cómo volvemos a la ciudad? pues con nuestro chino escrito y mediante lenguaje de signos hemos entablado conversación con unos lugareños, que entendíamos que también quería bajar de la colina, y cuando ha parado a una minivan, nos hemos montado con ellos. Nos han dejado abajo, vete a saber dónde y desde allí hemos caminado un rato hasta que hemos encontrado un taxi vacío que nos ha devuelto al centro de Kunming. Hemos comido un algo y paseo por el Mercado de las flores, que estaban cerrando. Y algo cansados ya estamos en el hotel.
Mañana queremos ir a ver los arrozales, a ver como se nos da el tema para llegar. Besos.
19-03-2011
Curiosidades de China 5: Hemos visto lo último en gafas de sol, ahora hay que llevar las gafas sin quitarles la etiqueta de “UV proteccion”, resulta que si llevas la pegata de cuando las compras eres la mas muy (y con el tiempo la mas cegata).
Curiosidades de China 6: para no hacerles de menos a ellos, señalar que si uno quiere ser moderno no debe quitar las etiquetas a los trajes y pasearse con las zapatillas de andar por casa por los hoteles.
Bueno, pues hoy poquita cosa os vamos a contar. Nos hemos levantado a eso de las 8:00, hemos desayunado y nos hemos subido a un taxi para ir a la estación norte de larga distancia de autobuses. Le hemos explicado al taxista donde íbamos y por suerte nos ha llevado a la estación sur sin decirnos ni pío ya que los autobuses para Jianshui salen desde esa estación. A eso de las 11:30 ha salido el autobús, pero eso si, hemos llegado a contar desde las 11:15 hasta las 11:30: 9 vendedores de periódicos, 4 de cómics y 1 de bollos. Todos ellos subían y bajaban del autobús chocándose en el pasillo antes de que este saliera (no entendemos como puede ser que si ven que hay uno que sale de vender periódicos llegue otro a ver si a él le toca la suerte y le compran, y así hasta 9).
(Foto de Kunming)
Tres horitas mas tarde estábamos en Jianshuo. Este pueblecito está muy chulo y lo encontró mi chica mirando por Internet, ya que en la Looney planet ni en otras guías aparece (no entendemos como puede ser). Aquí está el templo más grande de Confucio, el puente más importante de toda esta región y los jardines de la familia Zhu. Esto es lo bueno, hemos cogido habitación para dos días en la antigua residencia de la familia Zhu y nos estamos poniendo morados a hacer fotos (www.ynzjhy.cn)
Esta noche hemos salido a dar un paseo y nos hemos metido a ver los jardines que rodean el templo de Confucio, y que si foto por aquí con el trípode, que si mira allí, que si otra foto aquí y de repente se oyen gritos, apagan las luces de todo el jardín y empezamos a ver linternas de los guardias… no os imagináis como corríamos… porque lo de dormir en una antigua residencia china está gracioso, pero lo de dormir en los soportales de un templo, por mucha historia que tenga, pues como que ya no nos hacía ni pizca de gracia. Como llevábamos una linternita la hemos sacado y por lo menos nos tenían localizados… así hasta que nos hemos encontrado con un guardia que amablemente nos ha llevado a la salida.
Ahora nos vamos a dormir un ratito que con la tontería estamos reventados.
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20-03-2011
Curiosidades de China 6: esto es llevar tacones hasta para barrer!!
Aquí estamos otra vez!
El día de hoy ha sido agotador. Nos hemos pateado lo visitable en Jianshui. Nuestro día ha empezado a las 8 de la mañana. Las señoritas de la recepción nos han indicado donde podíamos coger una especie de autobuses amarillos que llevan al pueblo de Tuanshan. Es un pueblecillo que debe estar a unos 15 kilómetros de Jianshui, con sus cerdos, sus pollitos, patitos, bueyes, gallinitas… vamos un pueblo, pueblo.
El pueblo en sí es curioso, tiene la típica construcción china hecha de adobe, aunque por lo que hemos podido apreciar a esas casas les quedan tres telediarios, ya que la mayoría están siendo remodeladas. También están los jardines de la familia Zhang, un complejo de construcción típica oriental y una residencia imperial, aunque está bien conservado, no es excesivamente turístico y las antedichas construcciones son utilizadas por los lugareños como residencia, vamos que son sus casas, allí están sus cosas, su leña, su ropa tendida, sus ollas, barreños, gallinitas y demás pajaritos, etc…
Y como queríamos practicar chino, con dos pelotitas, hemos contratado un guía para ver el pueblo por un eurete, que sólo hablaba su lengua materna y que nos ha paseado por todo los lados. El hombre trataba de explicarnos las cosas, pero nuestro chino básico no ayudaba demasiado, aún así hemos conseguido enterarnos de bastante (y si no, nos lo hemos inventado).
Lo característico de este pueblo son también las señoras con los pies vendados, hemos visto a tres de ellas, pero no tenemos fotos, primero porque no nos parecía bien fotografiarlas y segundo porque nos parece atroz. Sus pies son de unos diez centímetros y llevan una especie de minizapatitos como si fueran unas bailarinas acabadas en punta, como no pueden andar casi, lo hacen como dando saltitos y ayudadas por un bastón.
Tras dos horas de visita, hemos vuelto a coger un minibus que nos ha dejado en el puente del Doble Dragón, que se supone es el puente más grande de la provincia de Yunan, aunque como muchas cosas en Asia, está bastante descuidado y mucha gente del lugar no sabe ni que existe.
Nuevamente minivan (te vas a la carretera y la primera que veas que viene, la paras), hemos vuelto a Jianshui, y nos hemos ido a ver el Templo de Confucio, el lugar donde se examinaban durante algunas dinastías los oficiales y funcionarios chinos (que no merece la pena verlo, porque no tiene nada), el templo de Zhilin, otro templo que desconocemos su nombre y vuelta al hotel.
(Zhilin)
(musicos en el templo de Confucio)
(Recinto templo Confucio)
Como anecdótico os contaremos que hemos conocido a un francés que iba con su mapa de la ciudad (nosotros no hemos podido conseguir uno y mira que lo hemos intentado) y le hemos pedido verlo para localizar un par de sitios. El hombre estaba desesperado porque dice que viajar por China es muy difícil, que nadie te entiende, que la gente no es amable y que le parece todo horroroso… teníais que ver la cara que ha puesto cuando ha visto nuestro mapa (un trozo de papel, en el que nos han escrito en chino los sitios donde queríamos ir) y un montón de flechas que nos van dibujando cuando preguntamos… eso y la bolsa de fresas de dos kilos que hemos comprado a una señora en la calle… pero la cara ha sido de poema cuando le hemos contestado que nosotros nos hemos encontrado un montón de gente (la mayoría) que nos ha ayudado, ha hecho esfuerzos enormes por entendernos o sencillamente han dejado lo que estaban haciendo y nos han llevado y que en general China nos parecía fabuloso.
Mañana queremos ir a Yuanyang, una zona de pueblos donde las vistas de las terrazas de arroz dicen que son espectaculares, ya os contaremos.
21 – 22 – 23 de marzo
Buenas otra vez!!
Pues hoy, día 21, hemos dejado nuestro idílico hotel-palacio para irnos a Xinjie. Allí están unas de las terrazas más famosas del mundo y de las más fotografiadas (seguro que en alguna ocasión habéis visto alguna foto sin saberlo).
En el mini-bus, nos hemos encontrado a “Charles”, el francés que conocimos el día anterior (un nombre muy francés, sin duda si llega a ser de Inglaterra se llamaría Vladimir).
El camino dura según la guía 2 horas y media; según nuestros traseros 4 horitas gran parte de el viaje por una “carretera” sin asfaltar, totalmente de tierra, baches y surcando la montaña. Todo ello amenizado por un lleno absoluto del mini-bus. Si tiene capacidad para 20 personas nosotros éramos unos 32 (cosas de China, unos cuantos taburetes de plástico y hacemos un pleno).
(La carreterra)
(Nuestro autobús azul descargando)
Según íbamos subiendo monte pa’rriba el conductor ve un control de policía, así que ni corto ni perezoso, les dice a los “extras” que se bajen, que les recoge pasado el control, así que estos se bajan, pasan andando el control y ale, otra vez todos arriba (de película la situación y la cara de Charles).
Antes de llegar a Xinjie, hay que parar y cambiar de mini-bus (no recuerdo el nombre del pueblo), ya que éste no es directo y otra horita más por caminitos de cabras.
Bueno, pues una vez en Xinjie, buscamos el hotel Yunti (por si alguien va por la zona que no se equivoque con el Yunti bla bla que es otro, este es solo Yunti hotel), que es el mejor de la zona (siempre hablando en términos chinos, a ver si os vais a creer que es un cinco estrellas). De ahí a comer con Charles y a negociar una mini-van para ver los arrozales al atardecer.
Los arrozales son realmente espectaculares, en esta ocasión estaban todos llenos de agua, ya que aún no han sembrado el arroz, por lo que se veían todos como pequeñas piscinas por toda la ladera. La verdad es que merece la pena verlas aunque el camino para conseguirlo haya sido una tortura china y nunca mejor dicho. Después cenita a base de arroz y barbacoa de patatas, verduras y “pollo”.
A la mañana siguiente compramos el billete para Kunming para las 16:00 y nos despedimos de Charles que se iba a eso de las 9:00 y coincidimos con él en la estación de buses.
Con nuestros billetes para volver, nos fuimos nuevamente a alquilar una minivan, con el objeto de ir a ver las terrazas de arroz y los pueblos de la zona. Había mucha niebla, pero durante un breve espacio de tiempo, como una hora, se despejó algo y nos inflamos a hacer fotos. Vuelta al pueblo, comimos algo y a coger nuestro autobús de las cuatro a Kunming.
Bien, pues si creíamos que la ida había sido una tortura china, la vuelta no tuvo ni pizquita de desperdicio. Nos tocó un autobús con literas, no sé como explicarlo… si el tren de Mandalay era asqueroso, esto le supera y con diferencia… Son unos autobuses que en lugar de asientos, llevan camas, y vas todo el viaje tumbado, en ningún caso puedes sentarte, salvo encima de tu cama, siempre que tu altura te lo permita. Los pies del vecino van en tu cocorota y aún no tenemos claro si el de atrás llevaba un kilo de tofu o si en lugar de pies llevaba un par de quesos de cabrales. A eso le unes que llevas la ventana al lado, de tal manera que si la abres del todo, como vas tumbado, al ras de ésta, tienes la posibilidad de caerte en una curva, bache o con un leve empujoncito tirar disimuladamente a la parienta o pariente. Pero esto no es todo, debemos añadir que como los chinos tienen el lema “mejor dentro que fuera”, si tenemos moquitos, echamos el gargajo, debiendo ser que cuanto más sonoro, mejor sienta, y si no ha sido lo suficientemente sonoro, con repetirlo cinco o seis veces más lo solucionamos, y en cuanto al lugar de su depósito, pues da un poco igual, por la ventana si la tengo a mano, aunque se pegue un poco más atrás y si no tengo la ventana a mano, al pasillo o donde pille. Y si creíais que eso era todo os equivocáis, la duración del trayecto ha sido de 12 horas, más un plus de tres que a continuación aclararemos, osease 15 horitas de ná, y eso que era el expreso, aún no estamos seguro, pero creemos que hemos parado en todos los sitios en los que se podía parar y en alguno que no. Se me olvidaba decir, que como os hemos señalado los autobuses son un bien escaso, por lo que hay que llenarlos con un plus de personas por encima de su capacidad como explicábamos antes, y el expreso de media noche no iba a ser menos, por lo que a eso de las 11, el segundo conductor (que se pasó durmiendo todo el viaje) saca un colchón de vete a saber donde y lo planta en medio del pasillo, dónde se tumba él y un niño y a dormir.
En cuanto a las camas… sólo diré que me pica todo el cuerpo y que tengo un asco encima que no puedo con mi alma.
Lo mejor está aún por llegar, a eso de las 4 de la mañana, llegamos a una estación, y se bajan los dos de delante nuestro, pero nadie más se mueve del autobús. El conductor se levanta de su asiento y se coloca en las camas que acaban de vaciar y se pone a roncar. Durante un rato hemos estado discutiendo si habíamos llegado o no, pero como donde fueres haz lo que vieres, no nos hemos movido, porque entendíamos que si ni el “tato” se bajaba sería que no habíamos llegado. A eso de las 6.30 de la mañana nuestro mosqueo iba in crescendo, y nos hemos bajado del autobús (los únicos que lo han hecho) para ver si era o no la estación, el sr. Conductor seguía plácidamente roncando. Y nuestra sorpresa ha sido que hacía casi tres horas que habíamos llegado.
Hago un paréntesis y añado curiosidad de China 7: Los chinitos no se bajan del autobús al llegar a su destino, siguen roncando en el autobús litera hasta que se hace de día, así aprovechan el billete al máximo.
Y Curiosidad de China 8: Los Sr. Conductores de autobuses litera no avisan cuando llegan al destino, no encienden la luz, ni gritan un poquito (cosa rara porque se pasan el día haciéndolo) sino que agarran el primer hueco que pillan y se ponen a hacer el ovillo.
Día 23
Cerrado el paréntesis y continuando con nuestra aventura. Ya con la certeza de que estábamos en Kunming, y habiéndonos ahorrado la noche de hotel (que de buena gana hubiera pagado un ocho estrellas), con un cierto olor a gallufi, los pelos hechos una caquita y dando más que asco, nos hemos cogido un taxi y al aeropuerto.
En el aeropuerto hemos pillado un par de billetes a Chongqing, pues queremos ir a ver las cuevas de Dazu. No quedaba ningún vuelo en clase económica y como no queríamos perder un día en Kunming, los hemos sacado en primera por cuatro duros más (si es que no tenemos término medio). Imaginaros la cara de las azafatas con las pintas que llevábamos y la mezcla de olores que desprendíamos (y aún desprendemos). Ahora, que eso sí, lo de ir en primera nos ha sentado más que bien después de la experiencia surrealista que voluntariamente hemos vivido (sarna con gusto no pica).
Hemos llegado a Chongqing (Chochin para comprar billetes), hemos comprado un par de billetes de autobús, ya que hay una terminal de larga distancia en el propio aeropuerto y ahora vamos de camino a Dazu, meándonos (literalmente) de la risa y la no risa y aún nos queda una hora de viaje (parece ser que son dos horas el trayecto, pero ya no nos fiamos ni un pelo).
Curiosidad de China 9: No os fiéis ni un poquito de los tiempos de duración de trayecto de autobús que figuran en la Loonely Planet, no da ni una, en lo que a nosotros respecta, todos los autobuses que hemos cogido, la duración del trayecto era al menos (en el mejor de los casos) de dos horas más de lo que figura en la guía. Creemos que el que hizo la guía o no ha estado en China y se lo han contado o si ha estado no ha cogido ni de coña un autobús.
Nuestro siguiente destino probablemente será Chengdú, que estuvimos brevemente en nuestro anterior viaje.
Besos.
Continuación día 23
Os dejamos en el autobús de camino a Dazu. Una vez que llegamos a la estación vieja, preguntamos a que hora salía el último autobús a Chengdú y nos dijeron por señas que era en otra estación y parecían indicarnos que estaba cerca. Cuando salimos de la estación, como dos guiris que no tienen ni idea de donde están nos paramos a ver si divisábamos la nueva estación. De repente aparece una chinita de la nada chapurreando inglés y queriendo ayudarnos, la explicamos la situación y la muchacha empieza a llamar por teléfono para ver donde está la estación. De paso, la decimos que queremos ver las cuevas pero que no sabemos si antes o después de ir a la estación, así que de paso se pone a parar taxis y a negociarnos los precios (que si éste es caro, que si éste no, …). En fin, que nos quedamos sorprendidos con la buena muchacha.
Ya en las cuevas compramos los billetes y amablemente otra chica nos indicó donde podíamos dejar las mochilas, ya que no tenían consigna, y las dejamos en donde el personal del recinto. Las cuevas son muy chulas, tienen un montón de estatuas de budha y de su historia esculpidas en la misma pared. Estas son de distintos tamaños, desde los 30 cm hasta los 18 m que mide el budha tumbado. Se tardan en ver poco tiempo, unas dos horas mas o menos (por eso queríamos verlas y seguir camino).
A la salida nos ponemos a ver las típicas tiendas de souvenirs y en una de ellas le preguntamos a la dependienta por el autobús de vuelta. Nos dice que el último sale ahora mismo y que si no corremos no llegaremos a cogerlo, así que a correr.
Una vez allí, mi chica se pone a hablar con otra muchacha para que nos diga donde bajarnos lo mas cerca de la estación. Esta chica se baja con nosotros, para un taxi, le dice al taxista donde queremos ir, se viene con nosotros y además quería pagar el taxi!!!!, alucinante. Llama a su amigo-novio o lo que sea y nos dice que a lo mejor no tenemos autobús para hoy, pero que en ese caso nos ayuda a encontrar alojamiento. Nos bajamos del taxi, habla con una viejecita, llama por teléfono y al final nos dice que la parada es ahí mismo, en medio de una rotonda. Nos dice que el autobús para allí a las 11:30 de la noche y que si mientras queremos comer algo occidental y hacer algo de tiempo por esta calle hay sitios para cenar.
Por la calle comercial que nos había indicado parecíamos el Papa y la reina de Inglaterra, todo el rato hello, hi, ni jao, pero no oímos ningún hola (españoles hay que viajar más para dejar nuestra impronta por el mundo). Paramos en un tenderete a comprarnos una especie de bollo con sabor y olor a plátano, compramos unos leotardos de peluche (empezó otra vez a hacer un poco de rasca y luego nos han venido fenomenal), cenamos y acojonados por la hora y un poco mosqueados con tanta amabilidad (no estamos acostumbrados) nos dirigimos hacia la rotonda señalada por nuestra amiga.
A eso de las 11:00, llegamos a la rotonda, pensando que la chinita y sus amigos vendrían en grupo masivo y nos quitarían nuestras pertenencias que con tanto ahínco llevábamos 36 horas a cuestas. Pero justo enfrente había una estación de policía con unos 20 de ellos (si es que mira que somos mal pensados).
Mientras estábamos en medio de la rotonda esperando a que viniese alguien a abrir el mini-bus (ya que el mini-bus estaba allí aparcado), pasa una pareja de chinitos que al vernos en la calle y a esas horas, y como debíamos dar bastante lástima, nos señalan que justo en la casa abandonada de al lado podemos dormir (debíamos parecer dos vagabundos). Al rato aparece un hombrecillo que abre la puerta, hace las cuentas de los pasajeros, nos cobra el billete y ale, para Chengdu que nos vamos.
(casa abandonada donde nos decían que podíamos dormir… que lastima damos….)
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24 y 25/03/2011
Después de 4 horas de viaje nocturno y 44 horitas con la misma ropa y sin poder ducharnos, llegamos a Chengdu. Al llegar, como es típico aquí, el conductor nos indica que podemos quedarnos en el autobús durmiendo, pero nosotros preferimos ir al aeropuerto, donde compramos billetes para el primer vuelo a Lijiang. Sí, volvíamos a la ciudad que tanto nos gustó dos años atrás!!
Al llegar a Lijiang, nos perdimos por sus calles buscando el hotel en el que nos habíamos alojado la primera vez, porque todo está tremendamente cambiado, la ciudad antigua se había duplicado y quitando el verdadero centro histórico, el resto no lo reconocíamos. Las tiendas de souvenirs industrial están triplicadas o cuadriplicadas, a penas ves artesanos haciendo las cosas, está absolutamente masificada, ruidosa y ha perdido completamente el encanto que años antes nos había entusiasmado.
Hicimos noche en nuestro hotel, que seguía tal y como lo recordábamos y nos marchamos a Shuhe. Un pequeño pueblo, estilo Lijiang, y a 4 kilómetros, también turisteado, pero menos, y que aún conserva cierto encanto por sus calles (aunque le quedan dos telediarios).
Al llegar, estábamos buscando un hotel donde alojarnos, conocimos un italiano que residía allí y tenía una guesthouse por un módico precio, con lo que pensamos que era la mejor opción, pues estaba limpio, era barato, podíamos comunicarnos y tenía Internet.
Nos fuimos a ver el pequeño templo de Shuhe (fuimos dos veces y las dos estaba cerrado, y eso a pesar de que todo el mundo se extrañaba pues parece ser que siempre está abierto) y de camino, preguntando en un hotel, acabamos conociendo a una pareja de taiwaneses que nos invitaron a tomar té con ellos y hablando y hablando, nos ofrecieron hacer una excursión con ellos y otra pareja de Hubei (China) al día siguiente a la Montaña del Dragón de Jade, a 4500 metros y con nieves perpetuas y aceptamos pues nos parecía una forma de conocer con ellos su cultura.
Paseamos por la ciudad un rato, en una plaza nos encontramos a un grupo con la ropa tradicional que comenzó a bailar alrededor de una hoguera, nos relajamos algo y a dormir pronto.
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26/03/2011
Nos levantamos a eso de las 8 de la mañana, ya que habíamos quedado con nuestros amigos, rebautizados cristianamente (bueno, pseudocristianamente y en relación con lo que nos parecía según suena en chino) como Tony, Chisca, Teresa, Jack y una nueva que se habían encontrado en la calle esa misma mañana y que se apuntó a la excursión (chinita también, de la parte de Shenzen) que llamamos Sonia.
Todos en la minivan y para la montaña. Subimos en teleférico (el camino estaba cerrado para ir andando, pero vamos, que aunque hubiera estado abierto…) y llegamos a la cima. A Sonia casi la da un patatús y con su botellita de oxígeno, tenía mareos (mal de altura) y frío y se quedó cerca del teleférico. Teresa estaba como loca, era la primera vez que veía la nieve, y no hacía más que gritar, saltar, tirar bolas y revolcarse por la nieve, todo un espectáculo que nos hizo muy divertida la visita a lo que de otra manera hubiera sido simplemente una montaña de gran altura. El marido de Teresa, no paraba de hacer fotos, la moda es aparcar la cámara en el trípode, colocarnos y poner cuatro disparos consecutivos, mientras que los siete teníamos que gritar, movernos, saltar, todo un show. Subimos un poco más a la cima (4506 metros) y tras un rato de locura china, volvimos al teleférico para bajar.
Después nos llevaron a visitar la parte inferior de la montaña, que hay un lago, dónde todos los chinitos se hacen sus típicas fotos en tres puntos, para lo que hay que pagar un autobús que te va llevando, aunque un sitio está a un pedito del otro (son un poco vaguetes para andar). Vimos los laguitos plagados de chinitos, fotos con los yak, vacas y más fotos de cuatro disparos.
Como a las 4 de la tarde dejamos la montaña para visitar Baisha, un pequeño pueblo, que realmente conserva bastante su encanto, visitamos los frescos de su templo, que además de antiquísimos (inicialmente de 1300 y posteriormente restaurados en 1500 y pico, y posteriores), al Sr. Ho, que es otra atracción turística de la zona. Se trata de un doctor de medicina tradicional o con hierbas, con una inusitada fama entre los lugareños de la zona.
(Dr.Ho)
Nos llevaron a Lijiang a comer cabritillo al estilo chino y una especie de sopa, con dos apartados, uno picante y otro no, dónde se iban depositando consecutivamente diferentes ingredientes, que tras hervirse un rato nos íbamos comiendo. Probamos mil cosas, incluido el tofu, y nos enseñaron a comer. Toda una delicia, tremenda la cena.
Finalmente, a eso de las 9.30 estábamos reventados llegando al hotel e intentando buscar un vuelo para el día de hoy.
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27/03/2011
Hoy nos hemos levantado prontísimo y nos hemos venido al aeropuerto con intención de coger un vuelo a Chongqing y de allí a Hanzhou o a donde buenamente podamos, pero llevamos un par de horas en el aeropuerto y aún no ha despegado nuestro vuelo.
Al final hemos salido con una hora de retraso, vamos en el avión, pero para que no se me olvide contarlo… Curiosidad de China (ya no llevo la cuenta de por cual vamos), en lo vuelos con la compañía que volamos, te ponen un piscolabis de arroz hervido con verduritas y dos cachillos de pollo que arde como el mismísimo demonio. Además, las señoritas azafatas agarran el micrófono y te venden cositas como si fuera un mercadillo, antes de pasar con el carrito, nos ha enseñado un avioncito decorativo, el reloj de pulsera del piloto, una cámara de fotos de Mickey para el nene o la nena y finalmente un ratón inalámbrico. Nos ha parecido que en algún momento ha dicho “vamos, vamos, que me lo quitan de las manos” y “uno doscientas, tres quinientas”, pero con nuestro chino de nivel básico no estamos completamente seguros.
Bueno, pues hemos llegado a Chongqing y corriendo nos hemos ido a comprar otro billete de avión para enlazar con Nanjing. Y lo hemos conseguido, si a la 13.05 estábamos comprando el billete, a las 13.40 estábamos embarcando, con cambio de puerta incluido, una locura. Como hemos volado con la misma compañía, tenemos fotos del mercadillo aéreo que se monta durante el vuelo.
A las cinco hemos aterrizado en Nanjing, pillamos el autobús número 1 que lleva del aeropuerto a la estación de trenes, llegando a las 17.45 y hemos comprado billetes de tren para el expreso a Suzhou (tarda 55 minutos sólo y va Shanghai, pero hace parada en Suzhou), hemos volado por los andenes porque salía a las 18 horas y en un ratito tenemos previsto apearnos.
Una vez en Suzhou, veremos la ciudad y montaremos nuestro campamento base para los próximos dos o tres días.
Ya hemos llegado a Suzhou y nos hemos alojado en un hotel estupendo, que falta noos hacía, aunque el personal de la recepción nos ha mirado con lupa y ha tomado más datos que la policía china de la aduana… debemos llevar unas pintas…
Ahora mismo estamos encantados y pensamos darnos un bañete y descansar a pierna suelta.
Y este ha sido el día de hoy, bastante “Willy Fog” y que nos ha llevado de una punta a la otra de China.
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28/03/2011
Hoy hemos decidido por unanimidad que nos levantábamos tarde (2 votos a favor, ninguno en contra y cero abstenciones).
Con la barriguita llena nos hemos ido a visitar los jardines de Suzhou (patrimonio de la Humanidad). Primero hemos ido al Jardín del Maestro Pescador, después al Jardín de las Parejas. Ambos son una visita agradable, pues apenas tienen turistas, aunque claro, los que a continuación señalamos son más espectaculares, por su magnitud o por su suntuosidad. Hemos recorrido la calle Pingliang Lu, por la que circula un canal, sus puentes y unas cuantas casas antiguas que le da un toque especial. Después visita al Jardín del Bosque del León y al Jardín del Administrador Humilde (y menos mal que era humilde… porque el jardín tiene sólo 5 hectáreas de ná, igualito que nuestra terraza…).
Después, como aún no estábamos lo suficientemente cansados, nos hemos acercado a la Pagoda del Templo del Norte, pero no hemos subido pues la acababan de cerrar (y es que nuestra guía de viaje empieza a fallar más que una escopeta de feria, ahora también con los horarios).
Nos fuimos bajando la calle y encontramos que había una serie de tenderetes de comida muy variadita, y tan variadita, jeje, allí estaban pegando unos gritos desde uno de ellos “sibanya, sibanya!!” (…. España, bla bla bla España), así que levantamos la vista y allí estaban ellos, con todas sus letritas puestas en lo alto del tenderete y todos los paisanos acercándose a comprar y comer eso que ahí arriba ponía CHURROS!!!!. Pues ale, nos acercamos riéndonos y la muchacha ya se lo debió de imaginar, la pedimos churritos y la dijimos que nosotros éramos de “sibanya”. Nos fuimos y al ratito oímos a la “churrera” que viene corriendo y nos pide que nos hagamos una foto juntitos, ele!!, como voy a molar poniendo la foto de los españoles en mi quiosco para vender churritos!! (que por cierto no se parecen en nada a los originales, además te los ponen con helado de nata).
Todo esto han sido como unos 8 kilómetros andando, porque nos va la marcha… ya que el autobús simplemente vale 2 yuanes (vamos lo que vienen a ser 20 céntimos) y un taxi unos 10 yuanes (1 eurete y 20 céntimos) y para cuando ya nos a dado por pillar un taxi, el señor taxista dice que no nos lleva porque está muy cerca y que tiene que dar la vuelta (cerca????? Si estábamos en la otra punta).
Al llegar al hotel hemos preguntado dónde podíamos escuchar ópera de Suzhou, y nos han indicado una casa de té que estaba muy cerca. Así que, ni cortos ni perezosos hemos ido a verlo. Al llegar sólo hay una señora que no habla nada, de nada… que llama por teléfono a una amiga, que chapurrea algo de inglés y a la que me parece entender que elijes una canción, pagas su precio, y te la tocan (la canción, que sois unos cochinos) y mientras te tomas un té. Así que eso hicimos, como las gramolas antiguas, en vez de echar el dinero por la ranura, se lo das a la señora y en vez de coger un disco llega el lugareño, agarra el instrumento correspondiente y ale a marcarse una jota de la tierra. Ha sido muy divertido y la verdad es que está chulo oírlo.
Por hoy todo esto. Besitos!!
29/03/2011
Hoy decidimos hacer una excursión a Tongli. Antes queríamos comprar billetes de barco para ir a Hangzhou, nos dirigimos a las taquillas, pero por más que intentamos buscarlas no las encontrábamos (se supone que están al lado de la estación de autobuses Sur), así que tomamos el autobús a Tongli y dejamos lo de los billetes del barco para por la tarde o el día siguiente.
El autobús a Tongli son unos 45 minutos y vas viendo canales (tampoco demasiado llamativos, y la vida del río Yangtzé. Al llegar a la estación y en la línea que nos caracteriza, nos liamos a andar, en unos 15 minutos estás en el casco antiguo del pueblo.
Tongli, como lo explicaría… si no has visto mucho más de China está gracioso, pero si has visto otras cosas, te resulta un tanto artificial. Pagas una entrada para entrar en el pueblo (le estamos dando un uso al carné de estudiante que ni nos lo creemos). La entrada es una especia de entrada combinada obligatoria, pagas por entrar en el pueblo y por visitar ocho sitios que se suponen de cierto interés. Quitando la Torre de la Perla y los jardines de Gen… (no recuerdo bien el nombre), lo demás carece de interés para un turista común como nosotros. Echamos unas cinco horas o seis en el pueblo y vuelta a coger el autobús para Suzhou.
Según íbamos en el autobús de vuelta, empezamos a ponernos un poco nerviosotes… no volvíamos por donde habíamos ido… empezamos a comportarnos como el español medio que opta por no preguntar para no hacer el ridículo (cómo que te entienden) e intentar ver donde estábamos (como que lo vas a saber), y ésta vez nos dio resultado (de las pocas que suele darlo) desciframos en los ideogramas chinos de los carteles de la carretera que nos dirigíamos a la estación Norte de Suzhou (habíamos salido de la sur). Un poco más tranquilos nos relajamos y disfrutamos del “paisaje”.
Volvimos al hotel para dejar la bolsa de la cámara y marcharnos a ver el mercado nocturno, que no estamos seguros de si lo encontramos, pero encontramos una calle llena de tenderetes que seguimos y acabamos en la calle que sale en todas las postales referidas a esta ciudad.
Cuando nos hartamos de andar cogimos un taxi al hotel, y cenamos al lado, una olla de sopa donde cueces lo que quieres, como la que habíamos tomado con nuestros amigos chino-taiwaneses, nos pusimos tibios y a dormir al hotel.
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30/03/2011
Esta mañana hemos rehecho las maletas y las hemos dejado en consigna. Nos hemos ido a las taquillas centrales, donde se supone que se compran los billetes de barco. Como no la encontrábamos, porque dónde nos había dejado el taxista era un agencia de viajes, hemos preguntado a una viejecita que regentaba un quiosco, que como no veía ha parado a un joven que pasaba por ese momento, que le ha leído lo que le indicábamos. La viejecita nos ha enganchado del brazo y nos ha llevado a la puerta de la agencia, que resulta que está en un portal, dónde hay una escalera y en la primera planta está la taquilla central de Suzhou (donde puedes comprar todo tipo de billetes: avión, tren, autobús o barco). La taquilla de barco estaba cerrada (deducimos que era esa porque había un ancla encima), hemos preguntado y nos han dicho que no había barcos… que desilusión… Ya nos pasó en Birmania que no pudimos bajar por el Ayeryarwady (lo recuerdas Mabel), y ahora nos vuelve a pasar con el Yangtzé. Bueno, pues si no hay barco, nos vamos en tren.
Hemos sacado billetitos para las 16.45, nos hemos ido a dar un paseo, un poco de shoping, un té relajado y a la estación.
Hemos estado un ratete en la estación, viendo la vida pasar, ya sabéis… observando a la gente pasar, para aquí, para allí, como sube la señora mayor al tren, el niño que sonríe, la niña que llora, el señor que se ha dejado la maleta en la sala de espera y que vuelve corriendo a recogerla y casi pierde el tren… lo que se dice viendo la vida pasar.
Ahora estamos en el tren, es un tren bala, acaba de para en Shanghai, que recuerdos nos ha traído divisar a lo lejos entre la nube de contaminación el Bund. En dos horas nos hemos colocado en Hangzhou.
Besis y mañana más.
Curiosidades de China – Como dice Fiorna (la de Shrek) los chinos aplican hasta la última letra de “mejor fuera que dentro”, a veces incluso llegas a creer que alguno se va a llegar a partir por la cantidad de ruidos que son capaces de hacer con su cuerpecito.
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31/03/2011
Pues amanecemos en Hangzhou, cambiamos de hotel porque el que tenemos no nos apasiona mucho y nos vamos a conocer la ciudad.
Hacemos la visita obligada al Lago del Oeste, es un lago enorme con unos jardines en torno a él, bastante agradable. El paseo en torno a él vienen a ser 14 kilómetros, no llegamos a hacerlo completo, pero estamos seguros que superamos los 10 kilómetros.
Alrededor del lago hay distintos puntos de interés turístico, nosotros visitamos el memorial de King Qian, Leifeng Pagoda (de reciente construcción, tan reciente que está dotada de escaleras mecánicas y ascensor, para ahorrar el sufrimiento a los peregrinos) y el Templo Jingci, templo en el que aún viven monjes y con su campana que hace historia y que aún siguen haciéndola sonar. Después hemos cogido un taxi, después de una hora (esta ciudad es horrorosa para pillar taxis, hay doscientos mil pero todos van ocupados y tienes que pillarlos según se baja alguien), y hemos ido a la calle Qingchefang, supuesta calle antigua que esperábamos dotada de encanto y es un calle de construcciones tipo antiguo dotada de un montón de tiendas y tenderetes. La calle tiene de gracioso que existen ciertas tiendas de medicina tradicional. En estas tiendas, hay detrás de una ventanilla un señor con bata (deducimos que el médico), al que tú le cuentas lo que te pasa y te escribe una receta. Te das la vuelta y compras las hierbitas en otro mostrador.
(Memorial de King Qian)
(Vistas del Lago)
(Templo Jingci)
(Leifeng Pagoda)
Después de esto caminata por la ciudad y otra hora para coger un taxi. Estamos muertecitos.
Final del día de ayer:
Una vez en Hangzhou nos fuimos al mercado nocturno a dar un paseo y cenar, compramos un par de chorraditas y a la cama.
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01/04/2011
Antes de que se me olvide… Curiosidad de China: los chinos cuando intentan suicidarse montan el mismo “pifoste” que en nuestra amada tierra y los compatriotas son igual de cotillas que nosotros, todos oliendo a ver que pasa. Todo esto lo sabemos porque ayer intentó suicidarse un chino tirándose desde la azotea del edificio de al lado de nuestro hotel.
Ahora comienzo con el día de hoy. Nos hemos levantado muy pronto, a eso de las 6.30 y como a las 9 estábamos en el Templo de Ligngyin. No sin antes empezar la mañana sufriendo por pillar un taxi (esta ciudad es criminal para el transporte).
Antes de entrar en el recinto del Templo, hay unas cuevas con numerosas esculturas de Budas talladas en sus rocas que algunas datan de 900 dc. Aunque no son comparables con las de Chongqing, la verdad es que gracias al entorno, son muy agradables.
El templo es enorme y bastante curioso, aunque repletito de beatos chinos.
Hago un inciso para escribir tres curiosidades chinas: la primera que nos sorprende el fervor religioso de los chinos. La segunda que prenden masivamente el incienso para sus ofrendas y oraciones. La tercera que los fines de semana es horroroso ir a visitar nada porque está masificado cualquier punto de interés turístico por chinos.
Continuamos. En el Templo hay una serie de Budas, destacando una de Siddartha de 20 metros, aunque no es la única de grandes dimensiones. También nos ha sorprendido una especie de retablo de madera completamente tallado con diferentes imágenes budistas y un templo adyacente en un lateral en el que se encuentran infinitos arhats, donde para nuestra sorpresa nos hemos encontrado con Jordi Pujol.
Cuando hemos acabado con este Templo nos hemos ido al de al lado, el Templo Yongfú, con un entorno muy bonito pero menos vistoso de contenido, del que destacan las estupas de su entrada.
Acabados los templos, hemos enganchado un taxi al vuelo y camino de la Mansión de Hu Xueyan de 1870, con unos 5800 m2. Hu Xueyan fue un mercader chino de la última dinastía Qing y su residencia quizás sea la más lujosa de la época. En verdad, es una pasada, merece totalmente la visita, nos ha encantado.
Luego hemos subido andando, hasta la que llaman la calle de la Seda. Es una calle, estilo chino antiguo, donde en tiempos pasados existían tiendas de venta de telas de seda y sastres que te hacían trajes. Actualmente quedan más bien pocas tiendas de telas y se han sustituido por infinitas tiendas de pijamas, camisones y pañuelos fabricados en cadena. Una decepción pues esperábamos encontrar una calle de artesanos y no de prefactura, pero si la intención es un paseo y hacer algo de shoping, pues no está mal.
Como a las 17horas cierran todo, nos hemos ido a tomar un chocolate, que ya teníamos necesidad, nos ha costado encontrar donde tomarlo, pero al final hemos superado la prueba, y para el hotel.
Mañana nos espera un madrugón de órdago, ya que cogemos un vuelo a Shenzhen a eso de las 8, por lo que tenemos que estar en el aeropuerto a las 6. Aspiramos a pasar la frontera a Hong Kong y volver a escribir desde allí.
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2 y 3 Abril
Bye – bye China!
Ayer nos levantamos prontísimo para coger el vuelo que nos llevaría a Shenzhen. Desde el aeropuerto de Shenzhen cogimos un autobús (el 330) que te lleva al Puerto fronterizo de Lo Wu. Nos bajamos del autobús que te deja en una estación cercana y pasas el puesto fronterizo andando. Si en el anterior viaje a China casi se queda uno, en éste casi se queda una dentro, pero superados los momentos de tensión sellaron el visado de salida y para fuera. Caminas un ratito y aduana de Hong Kong, madre mía que cambio, si te hablan en inglés!!!!! Y te entienden!!!!!! Luego cogimos el tren y en 30 minutillos estábamos en Central.
Dejamos nuestras bolsas en el hotel y nos fuimos a ver Hong Kong. Que decir… que es una ciudad repleta de rascacielos, sin espacio, llena de gente, plagada de occidentales, cosmopolita y consumista.
Comimos en el Soho (que pijos nos hemos vuelto), pateamos algunas tiendas de Central y cogimos el ferry a Tsim Sha Tsui, donde estuvimos esperando un rato para ver el espectáculo de luces y música que todas las tardes a la 8 se hace en la isla de Hong Kong. Mientras esperábamos conocimos a un catalán, no recordamos con exactitud su nombre, que llevaba 5 meses viajando por India, Birmania, Thailandia, ahora Hong Kong y su siguiente destino China. Nos llevó un rato de cháchara. Vimos el espectáculo y cuando terminó, nos recorrimos el paseo de las estrellas (chinas, se entiende). A las 11 estábamos intentando dormir
Hoy nos hemos levantado como a las 8 y dispuestos a recorrer Hong Kong, no sin antes cambiarnos de habitación. Por ser nuestro último día nos hemos pegado un lujazo!!! Estamos en el piso 22 de nuestro hotel con unas vistas impresionantes del skyline de Hong Kong. Después paseos por las principales calles hasta que nos hemos hartado y ahora estamos esperando a ver el espectáculo de luces desde nuestra cama.
Mañana volvemos… se nos acabó lo bueno… hasta la próxima!
Última noticia llegada de China: De este viaje vamos a ser papás en Diciembre!!!!