Un paseo por el París de Mickey Mouse
El hotel recrea el oeste, y tiene su gracia, está limpio y las habitaciones son acogedoras, el precio está disparado como cualquier hotel del complejo, pero es lo que hay en el negocio de la Disney. Aún nos preguntamos si fue casualidad o seleccionan al personal de limpieza de habitaciones, pero los y las camareras de salas eran negritos y negritas vestidas a lo «mamy».
Una vez que dejamos la maleta, nos fuimos al parque. Eran como las 12 y tras pasar por debajo del Hotel Disney nos adentramos en el parque. Nos sorprendió la calle principal «Main Street Usa» y los dos grandes y pequeña ibamos con la boca abierta, cuando de repente empienza a sonar la musiquilla y vemos acercarse un tren con Minnie, las ardillas Chip y Chop, los increibles, Stich, Gepeto, Ratatuille, etc… y allí que vamos nosotros corriendo a seguir a las ardillas.
Nos hicimos unas fotitos y consguimos un par de autógrafos y… vimos el palacio de la Bella Durmiente.
Salimos del parque a comer en lo que llaman Disney Village, en el Café de Mickey, donde a la presente por encargo de su cónyuge la plantarn una tarta Chip y Chop y Mickey con un Happy Birthday a lo cañero y las ardillas bailando detrás, hubiera sido genial si todo el resturante no estuviera dado la vuelta y mirando hacia nosotros… que vergüenza!
Terminada la función regresamos. El parque se encuentra dividido en cuatro zonas, visitamos la de las princesas (por una cuestión lógica, jeje), y algo de la del oeste. Porla noche cenamos en un espectáculo de Mickey en el oeste, que tiene su gracia.
A la mañana siguiente me levanté con el estómago hecho polvo, tiene bemoles que me haya recorrrido Asia y nunca haya tenido diarreas, ni nada que se le parezca y me voy a Francia y acabo con ardores de estómago y enganchada a la fina porcelana…
Empezado el día con buen pie, continuamos las zonas del parque que nos faltaban y nos fuimos al segundo parque (Walt Disney Studios) y visitamos una parte de él. Entre las miles de cosas donde nos subimos montamos en una montaña rusa que va a 100Km por hora y que casi bajo llorando por lo mucho que sufrí por la niña, pensaba que se nos perdía y la pequeña saltamontes no hacemos más que bajar y nos pide con una sonrisa en la cara que si repetimos… si lo llega a ver su madre no nos vuelve a hablar en su vida… que no es lo mismo contarlo que verlo… que mal lo pasé…
Cenamos en el Disneyland Park con las princesitas y vimos los fuegos artificiales. Reventados nos fuimos a dormir.
A estas alturas las niña estaba ya haciebndo planes para comprarnos un pisito y quedarnos a vivir al lado del parque y nosotros ya estabamos odiando a Mickey Mouse, a Minnie, a Walt Disney y vete tu a saber donde estaba l aMagia con tanto negocio…
El tercer día estuvimos en el Walt Disney Studios, nos hizo muy mal tiempo, frío y llovía, así que no pudimos hacer gran cosa, pero pasamos la mañana. Después de comer nos fuimos al hotel, recogimos nuestra maleta y empezamos el camino de vuelta a casa.
De Disney nos llevamos la ilusión del viaje, la emoción del primer dia y la sonrisa de la peque. Como conclusión decir que es un viaje para ir con niños, porque lo disfrutas a través de ellos o adultos con un espíritu tremendamente infantil, pero para adultos menos infantiles con un día, a lo sumo dos, es ya bastante como para verlo.